Vínculos saludables y Prevención de la Violencia
Prevención
¿Qué entendemos por vínculos?
El término vínculo hace referencia a una construcción conjunta, generada por el intercambio entre los miembros que lo integran. Por tanto, se consideran tanto constitutivos como constituyentes de las personas y su identidad como seres vivos.
Sentirse mutuamente reconocido y designado como parte de ese vinculo, le brinda a la persona algo esencial para la vida emocional: pertenencia y reconocimiento.
Podemos visualizar dos grandes grupos de vínculos, los de sangre que se relacionan con parentesco biológico entre las diferentes generaciones, es decir la descendencia, y los vínculos de alianza, aquellos en los que las relaciones se basan en compromisos recíprocos entre las personas.
El modo de vincularnos con los demás en la actualidad.
Nuestras sociedades naturalizan cada vez más las relaciones y resoluciones agresivas de los conflictos y problemas. El ir tomando conciencia y hacer más visible estos comportamientos no saludables, es el primer paso.
Pero… ¿En algún momento nos detenemos a cuestionar sobre las formas de nuestros actos y respuestas ante una situación estresante y o limitante? ¿De qué forma reaccionamos? ¿El impulso es el que nos caracteriza? ¿Qué emociones surgen? ¿Soy capaz de controlar lo que me sucede y buscar diferentes formas de resolución? ¿Me animo a pedir ayuda cuando lo necesito?
Incorporar habilidades sociales e interpersonales apuntando a una responsabilidad afectiva en todos nuestros vínculos se torna fundamental.
Ser responsable afectivamente incluye el relacionarnos desde el respeto, empatía, cuidado, y una adecuada comunicación. El recordar que nuestros actos y dichos tienen consecuencias en los demás, deteniéndonos un momento a pensar si podemos herir o impactar negativamente a la otra persona antes de actuar es un indicio de responsabilidad en los vínculos.
A modo de lograrlo es importante poder tener intercambios frecuentes con nuestros seres queridos, permitiéndonos poder hablar acerca de nuestras necesidades, sentimientos y expectativas referentes a ese vínculo. Implica el poder escuchar y también aportar, generando momentos donde pensar qué es lo que aún puede seguir mejorándose en esa relación y qué aspectos aún nos producen incomodidad. Esto facilitará que podamos adelantarnos a las discusiones o enfrentamientos ya que en esas circunstancias no es fácil ser receptivos o lograr acuerdos.
Para ello también es importante el equilibrio entre tener momentos para compartir en este vínculo, pero también instancias donde cada miembro tenga espacios propios de esparcimiento y socialización, en todos los tipos de vínculos.
A su vez, no podemos olvidar que en todas las relaciones se dan momentos de discrepancias o desacuerdos, pero lo que distingue a un vínculo sano de otros es la forma de resolución de los mismos.
Hacia una vida con menos violencia:
Existen diferentes tipos de violencia entre personas y hacia la mujer por su sola condición de ser mujer. Cada 8 de marzo, es una oportunidad más que nos podemos dar para reflexionar sobre este aspecto de nuestros vínculos y preconceptos.
La ONU define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
La misma incluye según la ONU:
- Violencia por un compañero sentimental, sea maltrato psicológico con daño en la autoestima e integridad de la persona, violación conyugal, femicidio.
- Violencia sexual y acoso: callejero, abuso sexual infantil, insinuaciones sexuales no deseadas, maltrato, acecho, acoso cibernético.
- Trata de personas, explotación sexual
Esta realidad viene siendo y es hoy día un desafío para todos los países de mundo y sus gobiernos, donde 1 de cada 3 mujeres del mundo han sufrido violencia física o sexual.
¿Cuáles son los indicadores de maltrato en una relación? (ONU Mujeres)
- Desatender las necesidades de cada uno, dejando de lado intereses, vinculos y habitos que antes resultaban satisfactorios.
- Mostrar cambios en la personalidad, conducta o la apariencia física, evidenciar alteraciones en el sueño o alimentación, cambios
repentinos de humor, o en autoestima. - Demostrar un acceso limitado a las finanzas o a la toma de decisiones en general (violencia patrimonial).
- Recibir mensajes de control por parte de la pareja.
- Evitar las ocasiones de socialización, especialmente con el sexo
opuesto o presentar limitaciones para visitar a la familia y amigos.
Las personas que sufren violencia tienen el derecho de recibir atención integral en salud mental por parte de su prestador de salud. A su vez, existe la línea de orientación y derivación de situación de violencia doméstica a la cual recurrir las 24 horas los 365 días del año: *4141 desde el celular / 0800 4141 desde el teléfono fijo.
Desde Pulso nos sentimos comprometidos con la promoción y prevención de salud mental, por ello, nos encontramos elaborando materiales y herramientas que nos ayuden a fortalecernos en este aspecto de nuestras vidas de nuestros socios.